¡Comenzamos una nueva aventura
renguera! BAILANDO EN UNA PATA les
da la bienvenida, y que mejor manera de empezar este camino que hablando de la mejor
banda de rock nacional: LA RENGA
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La Renga en sus comienzos. |
Todo comenzó la noche de año
nuevo de 1989. En el barrio de Mataderos se conocieron un grupo de pibes
amantes de rock y la música. La buena onda entre ellos y la identificación que
generaron hicieron que rápidamente empezaran a proyectar algunos planes. Como
por casualidad Gustavo “Chizzo” Napoli tocaba la guitarra, al igual que Raúl
Dillelo, Gabriel “Teté” Iglesias el bajo, y su hermano, Jorge o “Tanque”, la
batería. Los roles ya estaban repartidos.
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Esquivando charcos (1991) |
La ilusión no era demasiada. Con
tocar más o menos afinado, y poder mostrarse en algunos bares de la zona para
sus amigos, les bastaba. El primer recital tuvo lugar en el Club Larrazabal de
Mataderos, en un pequeño salón para no más de 150 personas. Pero la experiencia
fue buena, y la banda empezó a entusiasmarse. Siguieron tocando en clubes y
bares de la zona, y con la poca plata que podían juntar es sus trabajos (Gustavo
era plomero, Gabriel operario de fábrica y Jorge taxista) grabaron su primer
disco. Una producción independiente editada en casette, Esquivando charcos, la cual vendían es sus presentaciones.
La banda empezó a hacerse notar
por la zona y a visitar bares más grandes de la capital y el conurbano
bonaerense: El Galpón del Sur, Stadium, Die Schule, y algunos otros. La
convocatoria subía con cada show, los casettes ya estaban agotados y había
noches en que quedaba gente afuera. Algo estaba pasando. Y una confirmación de
ello fue cuando se les presentó la oportunidad de tocar en Cemento, el lugar
consagratorio para las bandas de rock del under, por donde años antes había
pasado Patricio Rey y sus redonditos de ricota.
En 1994, editan A donde me lleva la vida, su primer CD
de manera independiente, y llegaron a tocar a Obras Sanitarias, el templo del
rock nacional. Su consolidación como una de las bandas del momento los lleva a
presentarse en otros puntos del país por primera vez, como Rosario y Córdoba. La
Renga se encontraba en un punto crítico: tenían el potencial para consolidarse
como una gran banda, pero el mercado independiente no les dejaba dar el salto.
Para marcar esa diferencia debían unirse a una discográfica, algo que iba en
contra de sus intereses.
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A donde me lleva la vida (1994) |
En ese tire y afloje interno del
grupo, llegaron a un insólito acuerdo con Polygram. El sello aceptaba mantener
toda la estructura independiente de la banda y no participar de ninguna decisión
de producción ni manejo del grupo. Ellos tenían plena libertad para decidir
cuando y donde tocar, y no podían exigirles entrevistas, solo las que ellos
aceptaran. El punto más delicado del contrato pasaba por el 20 por ciento de
regalías que la banda recibiría por disco, algo inusual para una banda de rock,
que recibían solo el tres por ciento.
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Bailando en una pata (1995) |
El acuerdo firmado les permitió a
los integrantes de la banda abandonar sus trabajos y poder dedicarse por
completo a la música. Para este entonces, Raúl “Locula” Dillelo ya había dejado
de ser un integrante, y se habían sumado Gabriel “Chiflo” Sánchez, en saxo y
armónica, y Manuel Varela, solo en saxo. Polygram relanzó el último disco y en
1995 editó el primer álbum en vivo, Bailando
en una pata, grabado de los shows de La Renga en Obras.
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Despedazado por mil partes (1996) |
Al año siguiente salió a la luz Despedazado por mil partes, que incluía
el tema Balada del diablo y de la muerte, la que le dio a la banda el salto que
necesitaba para la masividad. Para 1997, el fenómeno de La Renga había pasado
las fronteras, y la banda armó su primera gira por el exterior, visitando México,
Estados Unidos y Puerto Rico.
En 1998 salió a la calle el disco
denominado La Renga, aunque se trate
de un nombre más impuesto por el sentido común que por los integrantes de la
banda, los cuales no dieron título al álbum, generando una gran variedad de
nombres, como el “disco de la estrella”, en alusión a su tapa, o el disco “sin
nombre”.
Tras dos años de presentaciones,
la banda de Mataderos editó un nuevo disco, La esquina del infinito, el cual fue presentado en Ferro, en dos
ocasiones, y con un espectacular show en Huracán. Ese recital permitió la
salida del segundo álbum grabado en vivo, Insoportablemente
vivo, el cual más tarde sería también presentado en DVD.
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La esquina del infinito (2000) |
La gran explosión del grupo se
vio favorecido por un hecho casi fortuito. En el año 2001, Los Redondos, la
banda más convocante del país, abandonaron sus presentaciones en vivo hasta “que
las condiciones en el país fueran favorables”. Esto permitió que muchos
seguidores de la banda liderada por el Indio Solari, se volcaran de manera
masiva por La Renga, un grupo no solo aparentado musicalmente, sino ideológicamente.
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Insoportablemente vivo (2001) |
En el 2002, y como muestra de
esta expansión, la banda de Mataderos se presentó por primera vez en el Estadio
Monumental de River Plate, ante más de 50 mil espectadores. Un lugar que solo
habían ocupado tres grupos nacionales: Los Redondos, Soda Stereo y Serú Giran.
Al no acordar un contrato con su nueva discográfica, Universal, La Renga decidió
fundar su propio sello y volver a producirse independientemente.
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Detonador de sueños (2003) |
A fines de 2003 sacaron su nuevo
disco, Detonador de sueños, el cual
fue presentado, primero en el Estadio Chateau Carreras de Córdoba, y luego,
nuevamente en la cancha de River, esta vez ante 70 mil personas. Tres años
después lanzaron Truenotierra, un disco
doble con un CD íntegramente instrumental.
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Truenotierra (2006) |
A fines de 2010, y tras una larga espera, la banda de
Mataderos presentó su último disco, Algún Rayo, el cual fue lanzado a la venta
junto con una entrada válida para cualquiera de los recitales de la gira de
presentación, que comenzó en diciembre de ese año en Rosario y sigue su curso.
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Algún rayo (2010) |